Este pequeño y legendario hotel fue establecido por una emigrante rusa, princesa y ex-bailarina (“La Rusa de Baracoa”), quien con el transcurso de los años se convirtió en una activa participante en la política de la Cuba revolucionaria, brindando alojamiento a Fidel, Che y el poeta Nicolás Guillén.

Hasta muy recientemente esta edificación amarilla ubicada justo frente al mar no se sobreponía a su pasado de historia pero fue objeto de una profunda restauración culminada el 8 de Mayo de 2007 por lo que aunque a la vista no le parezca muy atractiva quizás desee llamar a Cubaism Ltd para actualizarse.

Pequeño, íntimo y acogedor el Hotel La Rusa recibe el gesto agradable de la brisa marina y ofrece desde sus ventanas el inmenso panorama azul de las aguas. Baracoa otorga a sus visitantes la posibilidad única de admirar el singular relieve del Yunque, que tanto conmovió al Almirante Cristóbal Colón cuando arribo a sus playas. El centro histórico y los fuertes de Matachín y la Punta son testigos de la presencia española en la villa.

El hotel organiza visitas a la finca Duana, donde la abundancia de árboles frutales y plantas son el escenario perfecto para disfrutar la comida criolla, observar algunas de las tradiciones campesinas y conocer el mágico fruto de cacao.

Foto | Cuba Hotel Bookings